El gusto me vuelve frágil ,
mi mano nerviosa se retuerce ,
helada disfraza,
más no puedo;
me desarman las olas de noches húmedas entre sábanas y miseria ,
se encoge mi alma,
el refugio es suave y las heridas no sangran.
Mi cuerpo envuelve el sueño
y sin saberlo entre besos me arropé en tu jardín.
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