viernes, 2 de septiembre de 2016



Florezco girasoles de otros tiempos 
y en mi piel logra temblar el deseo.
No, no falta el aire.
Mi lengua retuerce sabores de primavera 
encontrando un lugar aquí.

Heme aquí,
entre mi humedad y tu espesura
abriendo el universo,
Heme aquí
observando con mis labios  la quietud de las horas.
Heme aquí  
sobre mi piel ardiendo  con la raiz del error que no borraría.
Heme aquí
besando la fantasía de la carne.
Ahora tu
Tu
Duermes en el cuerpo que se resiste al cuerpo
Tu
Cedes ante el cuerpo que encanta con su canto.

Y la silueta
que habita la almohada,
sobre mi piel  sera desnudada como el recuerdo de tu gesto.

Ya desnuda al fin
Desnuda 
Desnuda toda, en mi horizonte de huesos
me  puedo entregar al deseo, a la noche nueva y al refugio que termina en incendio.



No hay comentarios:

Publicar un comentario